miércoles, 30 de noviembre de 2011

NEPOMUCENO MORENO NUÑEZ

SOLO QUERÍA SABER EL DESTINO DE MI HIJO...
Levantado por policías Estatales en ciudad Obregon Sonora...

le prometieron investigar el caso de su hijo desaparecido...

Se unió al movimiento por la paz con JAVIER CICILIA.

Es ejecutado cerca del palacio de gobierno del estado de sonora; por proyectiles calibre 40mm...
señalado como delincuente peligroso por el vocero estatal y con amplio expediente delictivo .
FICHA TÉCNICA DEL HOMICIDIO
HERMOSILLO. 28 DE NOVIEMBRE 2011, 12:18 HRS. PERSONA MUERTO CON PROYECTIL DE ARMA DE FUEGO, VICTIMA: NEPOMUCENO MORENO NUÑEZ, DOM. DR. AGUILAR 165, COL LOS ARCOS, HECHOS EN AVE. REFORMA E IGNACIO PESQUEIRA, COL. CENTENARIO, DONDE SE ENCONTRABA EL CUERPO A BORDO DEL VEHICULO VHEVROLET AZUL, MODELO 1997, PLACAS DE CIRCULACION UY69684, SE LE APRECIABAN VARIAS HERIDAS CON ARMA DE FUEGO, EN LA PARTE INTERCOSTAL IZQUIERDA Y BRAZO IZQUIERDO, SE LOCALIZARON 9 CASQUILLOS PERCUTIDOS CAL. .40, TRES OJIVAS,.






sábado, 19 de noviembre de 2011

el quijote de la mancha


El Quijote



Para los gustosos de leer una de las más grandes obras literarias, encontré un sitio donde podrán apreciar la representación de la genialidad humana, El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Leer online

domingo, 13 de noviembre de 2011

FUNDACION, JNLF, A.C. "Un Quijote Sin Mancha"
Carlos Lugo Felix
LA FUNDACIÓN JNLF A.C., lamenta estos Terribles hechos y se une a la pena que embarga a la familia Blake Cosío, así como a los familiares de las personas fallecidas en estos tristes momentos

jueves, 10 de noviembre de 2011

EL SECUESTRO EN MEXICO EN AUMENTO SEGUN ESTADISTICAS


INFORME SOBRE SECUESTRO EN MEXICO


A partir del año 2003, México ha sido brutalmente golpeado por el drama del secuestro, es decir, el incremento en el índice de actividad de los secuestradores se elevó en un 300% con respecto al año 2002 y anteriores.
Durante el 2007, el Consejo registró 731 secuestros, en el 2008 la cifra llegó a los 9,855 casos. Durante el 2009 se registraron 11,680 casos, es decir, un promedio de 32 casos cada 24 horas.

En el 2010 se registraron 37 casos cada 24 horas, es decir, 13,505 casos.

En el 2011 se cometen 45 secuestros al día.


En el 2008 de cada 10 secuestros, 6 no eran denunciados por falta de confianza en las autoridades, de los 4 restantes, dos eran negociados por la policía en forma extraoficial, es decir, la autoridad sólo recibe la denuncia formal de 2 casos por cada 10. Lo anterior nos coloca ante un panorama de impunidad del 90 % por lo que el secuestro resulta un negocio ilegal muy rentable, ante la casi nula posibilidad de ser llevado a juicio.

En el 2011 se denuncia 1 de cada 10 secuestros.


Las bandas de secuestradores que de manera rutinaria se dedican a este delito, han evolucionado en forma inusual, mientras que durante los años 90 se mantuvo el modus operandi, a partir del año 2000 a la fecha, ha mutado dicho modus operandi de manera más eficiente y rápida que las políticas criminales establecidas por las autoridades para combatirlos.


Hay 2 factores que explican dicha evolución, por una parte se ha detectado un notable incremento en la participación de policías, ex policías y militares. Participan en 7 de cada 10 secuestros y aplican los conocimientos adquiridos para proteger a la sociedad, en su contra. Cada intento del Estado por combatir al crimen organizado, se ve superado por esa peligrosa sociedad de policías y delincuentes.


El segundo factor que ayuda al secuestrador a conseguir el logro de sus objetivos, es el uso de la tecnología para delinquir. Hoy existen bandas con un alto grado de conocimientos en sistemas de comunicación que les permite intervenirlos, clonar telecomunicaciones y generar pistas falsas sobre la ubicación y origen de llamadas para negociar.
Se emplean sistemas de espionaje como micrófonos GSM que permiten vigilancias desde cualquier lugar, se compran datos personales como cuentas bancarias, registros de actividad telefónica de la víctima y se aplican sistemas de computación para generar voces falsas y llamadas imposibles de rastrear.
Hoy, las bandas de secuestradores generan alianzas para lograr secuestros de alto impacto. Como ocurrió en el caso Martí, donde 5 bandas operaron en conjunto, compartiendo conocimientos criminales y policiales.


LA ALIANZA DE LOS SECUESTRADORES

La confusión y dudas que ha generado la captura del supuesto
asesino confeso de Fernando Martí y Marco Antonio Equihua, es más el
resultado de la falta de coordinación, intercambio de información y
trabajo de inteligencia ,así como lucha entre instituciones.

Con las declaraciones hechas por autoridades federales y locales, se está
confirmando lo que el Consejo afirmó desde el 4 de junio del 2009 y que ha
quedado en el registro de diversos medios de comunicación.

1.- Los casos Martí y Equihua, están conectados.
2.- La Flor sigue activa.
3.- Es enorme
4.- Está plagada de policías
5.- “Los Tiras”, “Los Cobra”, "Los Cuchilla", "La Flor" y otra banda de la que se busca evitar hablar por parte de la SSPF, “Los Bayardo”, son una alianza.

Son organizaciones criminales que ejecutan secuestros cada una como
organización y en alianza.
El líder de “Los Bayardo” es el que ha negociado los rescates de Fernando
Martí, Antonio Equihua, hermanas de Thalía y otros de alto impacto.

La alianza se da cuando tienen a una víctima que requiere un trabajo más
especializado de investigación, vigilancia y protección y sobre todo,
cobro de rescates.
El eje de dichas alianzas lo integró “La Flor” que por su propia
estructura, tuvo acceso a miembros de las distintas bandas ya mencionadas.

De acuerdo a información del CLDH, actualmente se disputan el control de
las actividades principales de dichas bandas, agentes federales y personas ligadas a dichos agentes.


Numerosos secuestros que ni siquiera considera ya la autoridad por haber
ocurrido una década atrás, están ligados a dichas bandas.

Se debe destacar que desde el año 2000 se detectó la venta e intercambio
de secuestrados y de información clave de secuestrables.

Desde septiembre del 2005, el CLDH alertó que un grupo de policías estaba
preparando el secuestro de familiares de empresarios y personalidades del
medio del espectáculo, hecho que quedó registrado en medios de
comunicación.
Incluso días después de hacer público esto, el conductor Adal Ramones, confirmó que su esposa era seguida, aspecto que detectó su escolta.

“Los Bayardo” deben ser capturados pues, son la pieza que permitirá
esclarecer docenas de secuestros de alto impacto.

Se debe recordar que este Consejo inició la investigación contra "La Flor"
desde 1999 y en el último año, se logró establecer los nexos entre las
bandas señaladas.


Los Rescates


Mientras que en el secuestro de alto impacto, el rescate demandado era en promedio por 5 millones de pesos, en los años 90. En los últimos tres años, la cantidad promedio es por 10 millones de pesos y el pago obtenido promedio es de 2.5 millones. En la década anterior el cautiverio de la víctima se prolongaba hasta por 1 año, ahora se busca negociar en forma rápida y liberar o privar de la vida al secuestrado en promedio en 25 días.


Existe toda una especialización en el cobro de rescates para evitar cualquier acción de la policía, tan compleja es dicha especialización, que operativos con más de 100 policías, han sido burlados con facilidad para tomar el rescate sin dejar pista alguna.


De hecho algunas alianzas entre bandas de secuestradores, se dan exclusivamente para lograr la negociación y el cobro.


Así como existen negociadores privados para intervenir en una crisis de secuestro con la familia del secuestrado, hay secuestradores negociadores que se alquilan para hacer las llamadas y que reciben una parte del rescate por rentar su voz, suelen ser ex policías y secuestradores que operaron por años pero que ya no participan activamente en el secuestro y custodia de la víctima. Dicho modelo de operación lo creó Daniel Arizmendi, "El Mocha Orejas".


En el cobro de rescates existe una práctica de la que se busca evitar hablar por parte de las autoridades, "La Mexicaneada" que consiste en el robo del pago del rescate y esa práctica la ejecutan los secuestradores y los propios policías asignados a la investigación del caso. Se debe recordar que el supuesto asesino confeso de Fernando Martí, reconoce que privó de la vida a su víctima ante la falta de pago, a pesar de que se pagaron más de 5 millones de pesos.
México ocupa el primer lugar mundial en secuestros, siendo el D.F. y Estado de México los que ocupan el primer lugar nacional.


Secuestro y narco


La existencia de "La Familia Michoacana", "Los Zetas", "Los Pelones" entre otros grupos del crimen organizado, ligados al narco, disparó la práctica conocida como "levantón" y que nada tiene que ver con el secuestro económico o extorsivo.
El "levantón" se realiza para calentar una plaza, es decir, llamar la atención de la autoridad para que entre, principalmente el ejército y así, entorpecer la actividad de un cártel rival en dicha plaza. Pero el "levantón" también se realiza para limpiar una plaza, es decir, desaparecer soplones, rivales y personas que pueden causar problemas a la operación de un cártel.


Más de 20 mil desaparecidos
22,875 DESAPARECIDOS EN LOS ÚLTIMOS TRES AÑOS A MANOS DEL CRIMEN ORGANIZADO

7,433 víctimas en 12 meses.

El CLDH ha registrado los casos a partir del 2007, donde los familiares
revelan que un hijo, el padre de familia, la esposa o un hermano fueron
vistos por última vez cuando un grupo armado los obligó a subir a un
vehículo.

En algunos casos se demandó el pago de rescates, sin embargo, las
negociaciones no se concretaron al suspender los delincuentes toda
comunicación.

Profesores, jornaleros, comerciantes, desempleados, mujeres dedicas al
hogar, cualquiera pues, puede ser y ha sido blanco de estas acciones.

EL 75% lo componen hombres de entre 20 a 45 años de edad, 10% mujeres de
entre 20 y 35 años, el 15% restante está compuesto por jóvenes menores de
19 años de edad.

Los familiares revelan que ellos, amistades o vecinos se percataron del
momento de la captura de su familiar en la que participan grupos de
encapuchados que portan armas largas, en muchos casos con uniformes con
siglas de autoridades federales, que suelen usar capos de la droga en los
llamados levantones.

En ningún caso se ha recuperado a la víctima, no se ha localizado su
cuerpo, por lo que permanecen en estatus de desaparecidos a pesar de que
en muchos casos han pasado ya tres años de su captura.

El 60% de los casos ocurren en Tamaulipas, Chihuahua, Sonora, Sinaloa,
Nuevo León, el resto ocurre en todo el país.

Se trata sin duda, de personas que fueron privadas de la libertad por
criminales, como medida para "calentar plazas" por lo que el cobro de
rescates es totalmente secundario y en la mayor parte de los casos sólo
una fachada.

Éste fenómeno se agudizó con la presencia de grupos como "La Familia
Michoacana", "Los Zetas", "Los Pelones", "La Línea", entre otros.

Se puede afirmar que el 90% de los casos no tenían nada que ver con
operaciones del narco o de algún otro grupo criminal, sin embargo, las
autoridades locales y federales, suelen asumir que por tratarse de un
levantón, las víctimas están relacionadas con esa clase de delitos y por
lo tanto no hay mayor interés por investigar.

Del análisis de modus operandi y nivel de acción, se incrementó
la cifra en forma considerable a finales del 2010, se calcula que en los
próximos 14 meses, pueden desaparecer más de 9 mil personas bajo las mismas circunstancias.

La “Doble Maleta”

Dicho término se refiere a la práctica de hacer un cobro cuyo monto real sólo conoce el negociador por parte de los secuestradores y la familia que lo pagó.

El secuestrador demanda una determinada cantidad y presenta al resto de la banda de delincuentes, parte del rescate, por lo general la mitad. Dicha práctica también la inició Daniel Arizmendi.

Lamentablemente, es común para nuestro organismo, conocer historias donde los policías asignados a un caso de secuestro, realizan dicha acción.

Los negociadores privados

Un pequeño grupo de abogados y ex policías que trabajan por su cuenta, prestan dichos servicios en condiciones de ilegalidad, abuso y en algunos casos de complicidad.

Suelen cobrar entre el 15 y 20 % de lo no pagado a los secuestradores, es decir, si una familia pagó 1 millón de 4 que demandó el grupo de secuestradores, los negociadores llegan a cobrar hasta 800 mil pesos.

Es común que los policías asignados a la investigación de un secuestro, de manera discreta, recomienden a dichos negociadores, argumentando que son especialistas que dedicarán su tiempo de manera exclusiva al caso y por lo tanto, se elevarán las posibilidades de recuperar al secuestrado.

La realidad es que carecen de entrenamiento, se valen de las propias investigaciones de la policía para presentarlas como propias, reparten un porcentaje de los honorarios con los policías que los recomendaron y demandan el pago de sus servicios, incluso por adelantado. Las familias en su desesperación suelen confiar y aceptar dichas condiciones.

Despachos internacionales que tienen como clientes a empresarios de alto perfil, suelen intervenir violentando el marco jurídico e incluso suplantando a la autoridad y ésta, suele aceptar dicha intervención, más por la presión de la propia familia afectada e interés de imagen pública que por respeto o reconocimiento de la capacidad de esos despachos.

El secuestro exprés


Tan sólo en el Distrito Federal, se cometen en promedio 677 secuestros exprés cada 24 horas. La víctima es privada durante un lapso de tiempo que va de 6 a 14 horas y el botín por caso llega a los 6 mil pesos. Los taxis son empleados en esta modalidad en el 85% de los casos 10% ocurre en agravio de peatones sin intervención de vehículos y el 5% restante, interviene un auto particular.


En esta modalidad se estima que el 50% es cometido por policías y ex policías.
Algunas bandas llegan a realizar hasta 6 secuestros en un día y resulta uno de los delitos más complejos de atacar ya que por una parte la gran mayoría de las víctimas no presenta denuncia y al no existir negociación con terceras personas, el único testigo es la propia víctima.


Las víctimas


En la actualidad, cualquier ciudadano puede ser blanco de los secuestradores, el CLDH ha registrado casos donde el rescate demandado fue compuesto por una lista de supermercado que no rebasó los 2 mil pesos, en otro caso el hijo de un franelero fue víctima de secuestro y otro caso donde la organizadora del secuestro, sólo quería pagar una cirugía cosmética. Estos casos, muestran que no se requiere tener una empresa o ser un comerciante con grandes ingresos, basta en muchos casos, poseer un vehículo para que algún grupo de secuestradores decida privar de la libertad a una persona.
El 65% de las víctimas de secuestro, abandonan el lugar de residencia después de dicho evento, 15% abandona el país para solicitar refugio, 2% cuenta con residencia legal en otro país, previo al secuestro y decide marcharse. El resto se queda en la misma entidad donde siempre ha vivido, pero cambia de domicilio.
La atención psicológica a las víctimas de secuestro por parte de la autoridad, sigue siendo pésima, carente de sentido humano y en muchos casos se cometen más abusos contra la víctima desde el proceso de denuncia.


Las fuerzas antisecuestro


Después del caso Martí, una de las demandas ciudadanas fue la creación en cada entidad del país de grupos élite para combatir dicho delito, la realidad es que dichas fuerzas no reúnen las características necesarias para ser eficientes, confiables y en muchas entidades, ni siquiera existen dichos grupos de élite.
El fracaso de los grupos antisecuestros, se debe a dos factores principalmente, la corrupción por una parte y una capacitación exprés para cumplir con el discurso y la promesa de combate al secuestro.
En reiteradas ocasiones se ha demostrado en la conducta de los grupos élite de la policía que emplean sus conocimientos para delinquir y no para proteger a los ciudadanos, lo que pasa en el secuestro, es similar a lo que ocurre en el combate al narco, donde la corrupción de los policías lleva a los delincuentes a la vanguardia y después, los esfuerzos del gobierno se deben desviar a combatir a sus propios policías con estrategias que ya conocen los delincuentes

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EL SECUESTROS Y LA EXTORSIÓN UNA REALIDAD EN MEXICO


El secuestro en México
 
Un delito en medio de la injusticia e impunidad
 
 
Terra México, DF.- Miedo, sufrimiento familiar, dolor, luto, trauma psicológico.... son algunas de las consecuencias de sufrir un secuestro.

Este delito ha ido en aumento en nuestro país al grado de causar psicosis tanto entre quienes han sido víctimas como en quienes no lo han sufrido.

El secuestro se ha convertido en un gran negocio para los delincuentes, prueba de ellos es el dramático segundo lugar que ocupa México en el número de secuestros cometidos, sólo después de Colombia.

A pesar de no ser un delito nuevo, en las últimas semanas el tema ha sacudido al país y mantiene en vilo a miles de mexicanos, y evidenciando a México en el extranjero como un país ‘desangrado por los secuestros’*.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Secuestros sin final feliz



Modalidad del crimen con ganancias multimillonarias: estudio
Sin límite, los narcosecuestros en estados del norte del país
En ningún caso se ha recuperado a la víctima; desaparecen, señala
Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 30 de octubre de 2011, p. 10
Los privaron de su libertad, pidieron rescate y a ninguno regresaron: son losnarcosecuestrados-desaparecidos, modalidad de violencia que genera multimillonarias ganancias al crimen organizado y a las autoridades coludidas; con 45 delitos diarios y más de 16 mil 500 casos al año, la cifra coloca a México en primer lugar mundial en secuestros.
Llegaron a las cuatro y media de la tarde con camión de mudanza, desprendieron la reja de la cochera y lo sacaron. Se llevaron todo: camionetas, pantallas de plasma, computadoras, electrodomésticos, hasta los juguetes de los niños, dice Blanca Estela Flores, madre de Agnoldo Pavel Medina, de 33 años, secuestrado-desaparecido el 2 de agosto del año pasado; por él pagó un millonario rescate y nunca lo regresaron.
Blanca Estela Flores, madre de Agnoldo Pavel Medina secuestrado-desaparecido. Foto: Sanjuana Martínez
Tiene 69 años, viste de negro con una camiseta que dice: ¿Dónde están? La acompañan otras madres de familia, esposas, hermanas, abuelas, que en manifestación exigen resultados a las autoridades: “Dos días antes de entregar el rescate me lo pusieron en su Nextel. Escuché su voz. Me dijo: Hagan todo lo que les dicen, mamá, porque si no me van a matar. Y, efectivamente, se les dio todo lo que pidieron a los ocho días, pero nunca me lo devolvieron.
Blanca Estela acompaña a un grupo de mujeres por la calle, grita con todos sus fuerzas, cierra los puños y clama desde lo más profundo de su ser con un lamento de voz desgarrado, inundado de lágrimas: Pido un milagro sobrenatural, les pido a los que se lo llevaron, le pido al procurador, al Presidente, a Dios, que me lo regresen vivo; sus niños lo esperan, sus hermanos, su mujer... y yo, hijito de mi corazón.
No puede continuar, se desvanece, otras compañeras la ayudan, se sienta. Toma agua. Respira profundo y empieza a hablar sin parar. Cuenta que ese día llegaron cinco hombres, uno encapuchado, los otros con la cara descubierta. Era lunes de mercado, las calles estaban llenas. Y había patrullas de tránsito de Guadalupe, Nuevo León, cuidando a los secuestradores. Lo sacaron en pantalón corto, amenazando a su mujer, Claudia Verónica: Si lo denuncias, te vamos a matar con los niños. Y saquearon la casa.
Yo me sentía en un sueño. Así estuve dos meses, dice Blanca Estela, hasta que a los dos meses se decidieron a interponer una denuncia en el campo militar de la séptima zona de Monterrey: Nos sentimos vigilados, durante meses hemos tenido una patrulla en la esquina de la casa. Son los mismos, todos están de acuerdo.
Añade: Yo tengo fe, soy cristiana y por eso le pido al Señor un milagro sobrenatural para que me lo regrese, le digo: Padre, ¿por qué no me has contestado? No me dices nada, ¿por qué, Señor, no me contestas? Y comenta que siente que su hijo está vivo porque lo sueña con frecuencia: Es mi hijo menor; tengo ocho, pero él ha sido el más amado de todos sus hermanos. Buen padre, buen hijo.
Agnoldo tenía un negocio de autoclimas, era hogareño; del trabajo a la casa y con muchos amigos, alegre. Blanca Estela hace recuento y recuerda cómo le ha cambiado la vida a toda la familia. Tiene 19 nietos, su esposo está enfermo de depresión, ya no sale. Y les dice que hubiera sido mejor que lo secuestraran en lugar de su hijo: Yo rezo todo el día para que vuelva. Cuando como, pido por los secuestrados para que Dios les dé de comer, para que los alimente allí donde los tengan.
Próspera industria
Durante el presente año, sólo uno de cada 10 secuestros ha sido denunciados, según el Informe sobre secuestro en México del Consejo para la Ley y los Derechos Humanos, que sitúa a los estados del norte como los primeros en la estadística de este delito: En ningún caso se ha recuperado a la víctima, no se ha localizado su cuerpo, por lo que permanecen como desaparecidos, pese a que en muchos casos han pasado ya tres años de su captura. El 60 por ciento de los casos ocurren en Tamaulipas, Chihuahua, Sonora, Sinaloa, Nuevo León.
El estudio revela una evolución en el modus operandi de este delito cometido por autoridades y delincuentes, con 45 casos diarios: por una parte se ha detectado un notable incremento en la participación de policías, ex policías y militares. Participan en siete de cada 10 secuestros y aplican en contra de la sociedad los conocimientos adquiridos para protegerla. Cada intento del Estado por combatir al crimen organizado se ve superado por esa peligrosa sociedad de policías y delincuentes, dice el documento.
 Ricardo Rivera Hidalgo, hermando de Roy, secuestrado-desaparecido. Foto: Sanjuana Martínez
A Roy Rivera Hidalgo, de 18 años, estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León, y trabajador, se lo llevaron el pasado 11 de enero; lo sacaron de su casa, una vivienda llamativa de dos pisos que seguramente fue elegida al azar. Un comando de hombres con armas largas, uniformados, con chalecos de la policía de Escobedo, desprendió el portón durante la madrugada, mientras la familia dormía. Uno de los encapuchados preguntó frente a los dos hijos del matrimonio: ¿Quién es el mayor?, Roy levantó la mano, mientras a Ricardo, su hermano menor, lo golpeaban: Se llevaron también las camionetas, joyas, todo lo de valor, cuenta Ricardo, a quien la culpa de haber sobrevivido, gracias al valor de su hermano, no lo deja vivir en paz.
Mi papá ya ni va al sicólogo; ahora le han recomendado ir al siquiatra, pero ni quiere, dice al señalar que se trató de un secuestro ahora convertido en desaparición: “Nos llamaron: ‘Queremos un millón de pesos, si no te entregaremos la cabeza de Roy’, dijeron. Y pagamos el rescate a los dos días. Llegamos a un acuerdo: les dimos 750 mil pesos. Vendimos todo lo que teníamos. Nos dijeron que lleváramos el dinero a una iglesia de San Nicolás de los Garza y así lo hicimos, pero desde hace nueve meses no hemos sabido nada de él. La policía ni nos hace caso. Fuimos con la PGR, Marina, Ejército y nada, sólo nos dan papeles.”
Finalmente detuvieron a unos cholos: Pero se apegaron al artículo 20 y no dijeron nada. Cuando detienen a un criminal lo primero que hacen es ponerle un abogado y nosotros, las víctimas, tenemos nueve meses sin ayuda legal. Es muy injusto.
La forma de actuar de los secuestradores, según el mismo estudio, ha ido cambiando, y en la era digital los delincuentes se valen de sistemas de espionaje para vigilar a sus próximas víctimas, como micrófonos GSM que permiten vigilancias desde cualquier lugar, y a través del tráfico de datos personales acceden a cuentas bancarias y registros de actividad telefónica de la víctima para determinar su nivel de vida.
A diferencia de la década anterior, donde el secuestro era particularmente de alto impacto, es decir, de personas con elevado poder adquisitivo y grandes fortunas, actualmente cualquier ciudadano puede ser secuestrado, no importa si es comerciante, obrero o desempleado. Hay casos registrados donde el rescate exigido por los delincuentes es una compra de supermercado que no rebasa los dos mil pesos: En los recientes tres años, la cantidad promedio es de 10 millones de pesos y el pago obtenido promedio es de 2.5 millones. En la década anterior el cautiverio de la víctima se prolongaba hasta un año; ahora se busca negociar en forma rápida y liberar o privar de la vida al secuestrado, en promedio, en 25 días.
Los narcosecuestros son cometidos para calentar la plaza en poder de grupos rivales, a fin de que el Estado envíe fuerzas federales y aumente la militarización de la zona: “profesores, jornaleros, comerciantes, desempleados, mujeres dedicas al hogar, cualquiera puede ser y ha sido blanco de estas acciones. El 75 por ciento lo componen hombres de 20 a 45 años de edad; 10 por ciento, mujeres de entre 20 y 35 años; 15 por ciento, jóvenes menores de 19 años de edad. El cobro de rescate es totalmente secundario y en la mayor parte de los casos sólo es una fachada. Éste fenómeno se agudizó con la presencia de grupos como La Familia Michoacana,Los ZetasLos PelonesLa Línea, entre otros”, señala el estudio.
Los mismos
A Jocelyn Mabel Ibarra Buenrostro, Jose Ángel Mejía Martínez y Juan Manuel Sada Moreno se los llevaron el 15 de noviembre del año pasado. Estaban en un rancho en Cadereyta, mientras los padres de Jocelyn eran secuestrados y rescatados por el Ejército; José Angel es novio de Jocelyn y Juan Manuel era el chofer de la familia.
       José Ibarra, abuelo de Jocelyn Mabel y David Joab Ibarra Buenrostro. Foto: Sanjuana Martínez
El 18 de noviembre nos llamaron para pedir rescate. Mandamos a mi hijo mayor, David Joab, a entregar el dinero y ya no volvió. Se quedaron con el rescate y con mis dos hijos; con los cuatro, y hasta ahorita no hemos sabido nada, cuenta Virgina Buenrostro, de 52 años, madre de los hermanos.
A Virgina y a su esposo los habían secuestrado el 13 de noviembre en su rancho de Cadereyta. Los interceptaron en la calle, los encañonaron con armas largas y les pusieron un rayo láser. Se identificaron como policías ministeriales de Nuevo León, les dijeron que su rancho estaba reportado como lugar donde había droga y cosas robadas. Los metieron en las cajuelas de unas camionetas y allí los trajeron dando vueltas durante dos días, hasta que los delincuentes se toparon con un convoy militar: “Se armó la balacera y nos rescataron. Los secuestradores eran como 15 o 20, drogados, tomando todo el día, sin corazón ni entrañas. Yo los oía y vi cómo les daban un sobre con dinero a unos policías federales. Uno de los secuestradores le había dicho a mi marido: ‘¿cuánto quieres pagar de rescate por ustedes? Piensa bien la respuesta, porque si no nos gusta los vamos a matar, ustedes ya están viejos y no nos sirven para nada’”.
Hace poco, una de las esposas de los secuestradores fue sorprendida con la camioneta robada de Jocelyn Mabel; traía armas largas y la liberaron a los tres días con 8 mil pesos: Ahora hay once detenidos, la policía esta coludida porque los están protegiendo y seguro al rato salen.
Para Jorge Verástegui, representante de Fundec (Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos de Coahuila) estos delitos no son secuestros, sino desapariciones forzadas: Estamos ante un nuevo delito que se está convirtiendo en una forma de extorsión: solicitan dinero, se les entrega y desaparecen a la persona. A veces los obligan a trabajar para ellos; los tienen en centros clandestinos de detención y obtienen un doble beneficio.
El Ejército rescató hace dos semanas a 61 personas secuestradas en Piedras Negras, Coahuila, de diversos estados, que eran obligadas a trabajar para la delincuencia organizada en esa zona: “Hay una colusión de las autoridades en todos sus niveles con los cárteles de la droga para cometer este nuevo delito que es la combinación del secuestro con la desaparición forzada.”